Cómo hacer gravy

Si tienes un asado en el horno, puedes hacer un delicioso gravy con el jugo que suelte. Si no tienes un asado en el horno, ¡no hay problema! Puedes preparar un gravy con un poco de crema y caldo fácilmente. ¿No tienes tiempo? También te daremos una receta para preparar rápidamente uno. Con estas tres recetas en tu repertorio, nunca faltará gravy en tu casa.

Ingredientes

Preparación rápida:

2 cucharadas de harina;
2 cucharadas de mantequilla;
1 taza de caldo.

Sin la grasa del sartén:

1/2 taza de mantequilla (sin sal);
1/2 taza de harina;
4 tazas de caldo de pollo;
1/3 de taza de crema de leche (opcional);
sal y pimienta al gusto.

Con la grasa del sartén:

grasa del sartén;
1/4 taza de harina o maicena;
caldo (opcional);
mantequilla (opcional).

Método 1

Método 1 de 3:

Preparación rápida

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1
Calienta 1 taza de caldo en una olla a fuego medio. ¿Qué tipo de caldo? ¡El que quieras! Puede ser de pollo, carne y vegetales. Solo depende de aquello con lo que vas a comer el gravy (de pollo va con pollo, etc.) y de lo que prefieres.
- Ya que esta receta solo es para 2 a 4 porciones, no necesitas una olla muy grande. Sin embargo, puedes fácilmente duplicar (e incluso triplicar) la receta si lo necesitas. Si vas a hacer mucho gravy, necesitarás una olla más grande.
2
Echa 2 cucharadas de mantequilla y de harina en un tazón pequeño y añade la crema. Asegúrate de que la mantequilla esté suave, pero no derretida (sino te será imposible que tenga una consistencia cremosa). En algún punto se tornará en una pasta, lo que los franceses llaman “beurre manié”.
- Si la mantequilla se fragmenta, deja que repose un poco, porque estará muy fría. Cocina el caldo a fuego lento y regresa en unos 5 o 10 minutos. Después, continúa como de costumbre.
3
Añade la pasta de harina y mantequilla al caldo, batiendo vigorosamente. Al principio parecerá como si solo fuera mantequilla y la harina, es decir, con trozos de grasa y nada atractivo. Pero lentamente se convertirá en pasta y se combinará con el caldo, espesándolo lentamente.
- Sigue batiendo durante el resto de esta receta. Así, el aire fluirá y espesará el gravy más rápido.
4
Bájale a la estufa y espera a que se espese. Si el gravy está muy caliente, empezará a hervir. No debe hervir, sino se pondrá demasiado líquido y espumoso. A fuego lento, sigue batiendo ligeramente, revisando qué tan espeso va quedando. Esto podría tardar hasta 10 minutos. ¡Ten paciencia!
- Cuando esté suficientemente espeso, pruébalo con una cuchara. Sumerge una cuchara y luego levántala. ¿Se mantiene cubierta o se derrama de la forma en la que debe hacerlo el gravy?
5
Sazona al gusto. Especialmente con este gravy (que no tiene grasa ni crema), puedes usar simplemente un poco de sal y pimienta, o cualquier otra especia que te guste. Pruébalo regularmente para asegurarte de no ponerle mucho sazón.
- Recuerda que vas a comer el gravy con otros alimentos. Si el gravy en sí no está muy fuerte, perfecto. De igual forma lo estarás combinando con otros sabores.
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Método 2

Método 2 de 3:

Preparar gravy sin la grasa del sartén

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1
Empieza preparando un roux. Un roux (que se pronuncia “ru”) es la cocción de harina y mantequilla hasta que alcance una consistencia perfecta y suave. Después se le añade el caldo frío y se cocina hasta tener un gravy espeso. A continuación te diremos cómo empezar:^{[1]XFuente de investigación}
- Corta 8 cucharadas (1/2 taza) de mantequilla sin sal en trozos (la mantequilla con sal hará que el gravy quede demasiado salado). Después añade estos trozos a una olla mediana.
- Con la olla a fuego medio, derrite la mantequilla hasta que haga espuma. Si la mantequilla se empieza a quemar, el fuego estará muy alto.
- Añade 1/2 taza de harina blanca a la olla.
2
Bate hasta que los ingredientes se combinen y sigue batiendo. Al principio no se verá muy bien, pero después se irá transformando en algo delicioso. Sigue batiendo a fuego lento para que el aire circule y la mezcla se espese.
- Al final (6 o 12 minutos después) empezará a oler como si estuvieras horneando un pie en el horno. No sucederá de inmediato. Para este punto la harina ya se habrá cocido y el gravy no tendrá un sabor fuerte a harina.
3
Añade 1 taza de caldo para empezar. Puede ser de pollo, carne o vegetales. Sigue batiendo conforme añades el caldo hasta que se absorba todo. Una vez que se absorba todo, añade otra y continúa batiendo hasta que esa se absorba, y así hasta tener un gravy líquido.
- Te lo reiteramos: estará líquido. No te asustes si parece más una sopa que un gravy. Es completamente normal.
4
Caliéntalo a fuego lento para que se espese. Te darás cuenta de que está listo cuando metas una cuchara y al sacarla chorree de poco en poco y no como un caldo. Esto puede tardar de unos 10 a 15 minutos.
- Revuelve regularmente para que el fondo no se caliente de más y para que el aire y el calor circulen de manera uniforme. Tardará un poco, así que sé paciente.
- ¡Todavía no está listo! Si todavía no se ve listo es por que todavía no lo está.
Bátelo unos 2 o 3 minutos, revisándolo con la cuchara una vez más. Debe de cubrir la cuchara por completo y parecer el clásico gravy que te imaginas. ¡Listo!
6
Sazónalo al gusto. Aunque este tipo de gravy no necesita realmente más sabor, puedes usar sal y pimienta. Sin embargo, considera usar los siguientes ingredientes poco tradicionales:^{[2]XFuente de investigación}
- catsup
- salsa de soya
- café
- azúcar
- crema de champiñones
- crema agria
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Método 3

Método 3 de 3:

Preparar gravy con grasa del sartén

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1
Guarda la grasa que quede en el sartén donde has cocinado el asado. Para preparar el gravy, lo primero que tienes que hacer es guardar toda la grasa restante en el sartén de cuando cocinaste tu carne, ya sea pollo, pavo, res o pato. Esto le dará un gran sabor incomparable al gravy.
- Viértelo a un tazón de ala ancha. Tendrás que separarlo después, así que entre más ancho, mejor.
2
Quítale el exceso de grasa. Deja que el caldo del sartén repose un par de minutos hasta que la grasa se acumule en la parte superior. Después, usa una cuchara para separar la grasa y transferirla a una taza para medir. ¡No la tires! Si bien no se ve apetitosa, es lo que le dará al gravy ese sabor tan agradable.
- Asegúrate de recordar cuánta grasa tienes, porque tendrás que igualar la cantidad en harina. Debes terminar con 1/4 taza de grasa (si no tienes esa cantidad, no te preocupes).
- Guarda el resto del caldo (lo que no es grasa), porque también lo usarás.
3
Añade la grasa y el equivalente en harina a la olla. Vierte la grasa de la taza de medir en una olla grande o a un sartén y cocínalos a fuego medio o medio alto. Después, añade la cantidad equivalente en harina, por ejemplo, si usaste 1/4 taza en grasa, usa 1/4 taza de harina.
- Si vas a preparar mucho y no tienes suficiente grasa, puedes usar mantequilla. Simplemente añade la mantequilla a la olla en donde tengas la grasa y deja que se derrita antes de añadir la harina (también tendrás que agregar más harina).
- ¿No tienes harina? Puedes sustituirla fácilmente con harina de maíz.
4
Mezcla la grasa y la harina. Revuelve los dos ingredientes con una cuchara de madera hasta que la mezcla se espese y se torne de un color café claro, como mantequilla de maní. Esto tardará un par de minutos. ¡No dejes que se queme!
- Si está muy caliente en la parte inferior, se quemará. La mejor manera de evitarlo es revolviendo uniformemente la mezcla y bajándole un poco al fuego si sospechas que está demasiado alto.
5
Añade el caldo. En este paso debes agregar el resto de lo que estaba en el sartén. Vierte el caldo a la olla y bátela junto con la mezcla de grasa y harina. Revuelve hasta que toda la mezcla tenga una consistencia viscosa igual a la del gravy.
- Si no tienes suficiente grasa para preparar la cantidad de gravy que quieres, puedes usar caldo enlatado. Usa un caldo que sea igual al tipo de carne que vas a preparar, por ejemplo, usa caldo de res para res, o caldo de pollo si vas a comer pollo.
Con este tipo de gravy, es muy probable que ya tenga un muy buen sabor. Sin embargo, a muchas personas les gusta agregar un poco de sal y pimienta, y algunas otras incluso añaden un poco de crema (agria o regular), catsup, salsa de soya o café (con gravy de res, claro está). ¿Qué sabor quieres que tenga tu gravy?
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Consejos

Para preparar gravy con fécula de maíz, usa la receta en la caja y revuelve la fécula de maíz en agua fría antes de agregarla al caldo (igual cuela las partes doradas y usa un poco de grasa). Asegúrate de disolverlo con la batidora y después empieza a cocerlo.
Si te sobró gravy, almacénalo en un frasco y agrega un poco de leche o agua en la superficie antes de cerrar la tapa.
Si tienes tiempo, puedes meter los huesos en el horno durante poco tiempo a unos 200 ºC (400 ºF). Luego ponlos en el caldo, pues le darán al gravy un gran sabor.
Si se tarda mucho en espesar, puedes agregar un poco más de harina y mantequilla para acelerar el proceso. No es lo mejor, pero aún así sabrá mejor que cualquier otro gravy.

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