Cómo tratar el asma

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En este artículo:

Controlar el asma con medicamentos

Realizar cambios en tu estilo de vida

Averiguar si tienes asma

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Referencias

El asma es una enfermedad común que afecta las vías respiratorias y los pulmones. Se manifiesta por medio de falta de aire, sibilancias y dificultad para respirar. También es posible toser en la noche y sentir dolor, presión u opresión en el pecho. Pueden sufrirlo las personas de cualquier edad. El asma no se cura, pero sí puede controlarse y el tratamiento suele consistir en prevenir, minimizar la exposición a los desencadenantes y tomar medicamentos para controlar los ataques.

Pasos

Parte 1

Parte 1 de 3:

Controlar el asma con medicamentos

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   Trabaja junto con tu doctor para desarrollar un plan de acción contra el asma. Tú y tu doctor deben trabajar de forma conjunta para elaborar un plan que detalle el uso de tus medicamentos para el asma, tus desencadenantes y la forma de evitarlos, además de lo que debes hacer en caso de un ataque de asma.

   • Cada persona tendrá un plan de acción distinto, puesto que todo el mundo experimenta el asma de forma distinta. Por ejemplo, si la persona asmática es un estudiante, su plan de acción incluirá el permiso para tomar sus medicamentos en la escuela.
   • El plan de acción debe contener números telefónicos de emergencia, una lista de desencadenantes a evitar, síntomas de ataques y lo que debes hacer cuando surjan, además de cómo prepararte antes de los ejercicios para no tener un ataque.
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   Pídele al doctor que te prescriba un medicamento. Por lo general, los medicamentos son la base del tratamiento contra el asma. Los que te prescriba el doctor te ayudarán a controlar la enfermedad y a evitar los ataques de asma. Existen dos tipos de medicamentos orales e inhalados que el doctor puede prescribirte para el asma y la mayor parte de las personas toman ambos a la vez:

   • Antiinflamatorios. Bajan la hinchazón y reducen el moco de las vías respiratorias, lo que facilita la respiración.
   • Broncodilatadores. Relajan los músculos de alrededor de las vías respiratorias para mejorar la frecuencia respiratoria y la cantidad de oxígeno en los pulmones.
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   Utiliza un antiinflamatorio. Los medicamentos orales o inhalados que permiten controlar la inflamación son los más importantes para la persona asmática. Disminuyen la hinchazón y el moco en las vías respiratorias y ayudan a controlar o evitar los síntomas de asma cuando se toman a diario.

   • El doctor podría prescribirte un corticosteroide inhalado como la fluticasona, la budesonida, la ciclesonida o la mometasona. Es posible que debas tomar dichos medicamentos a diario durante un periodo prolongado para que ejerzan su máximo efecto. Además, provocan pocos efectos secundarios.
   • El doctor puede prescribirte un antagonista del receptor de leucotrienos como el montelukast, el zafirlukast o zileutón para evitar y aliviar los síntomas hasta por 24 horas. Sin embargo, debes utilizarlos con cuidado, puesto que se relacionan con reacciones psicológicas como la agitación y la agresión. Por suerte, dichas reacciones son inusuales.
   • Él también puede administrarte un estabilizador de los mastocitos como el cromolino sódico o el nedocromil sódico.
   • Para los síntomas graves que no se controlan con otros métodos, el doctor podría prescribirte tratamientos cortos o largos de esteroides orales. Dado que estos presentan más posibles efectos secundarios, solo se utilizan cuando otros tratamientos no son eficaces o cuando los síntomas son graves.
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   Toma un broncodilatador. Los broncodilatadores pueden ser a corto o largo plazo. Los broncodilatadores a corto plazo suelen llamarse inhaladores de rescate, alivian o detienen los síntomas y son útiles durante los ataques de asma. Los broncodilatadores a largo plazo permiten controlar los síntomas y evitar los ataques.

   • En algunas personas, el pretratamiento con medicamentos antes de los ejercicios puede disminuir los síntomas de asma a causa de los ejercicios.
   • El doctor podría prescribirte un beta antagonista de acción prolongada como el formoterol o el salmeterol. Dichos medicamentos abren las vías respiratorias, pero también aumentan el riesgo de un ataque de asma grave. Por lo general, se toman con un corticosteroide.
   • También es posible utilizar un inhalador combinado como fluticasona con salmeterol o mometasona con formoterol.
   • El bromuro de ipratropio es un anticolinérgico que controla los síntomas agudos o nuevos del asma. La teofilina es un broncodilatador de acción prolongada que raras veces se utiliza para tratar el asma, a excepción de ciertas situaciones.
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   Utiliza medicamentos antialérgicos. Los estudios demuestran que los antialérgicos pueden aliviar los síntomas de asma, sobre todo si son producto de las alergias. Consulta con tu doctor sobre la posibilidad de tomar antialérgicos para el asma.

   • La desensibilización (o inmunoterapia alergénica) puede reducir la reacción del cuerpo a los alérgenos a largo plazo.
   • Los esteroides nasales como la fluticasona reducen los síntomas de alergia y por ende, reducen los desencadenantes del asma.
   • Los antihistamínicos orales (entre ellos la loratadina, la fexofenadina, la cetirizina y la difenhidramina) reducen o alivian los síntomas del asma. El doctor puede prescribirte o recomendarte uno.
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   Considera la termoplastia bronquial. Es un tratamiento que emplea el calor para restringir la capacidad de estrechamiento de las vías respiratorias y su disponibilidad es limitada. Consulta con tu doctor respecto a la termoplastia bronquial en caso de presentar un asma grave que no mejora con otros medicamentos.

   • Requiere tres consultas externas en el hospital.
   • El tratamiento calienta el interior de las vías respiratorias para reducir la cantidad de músculo liso que puede contraerse y limitar el ingreso de aire.
   • Los efectos de la termoplastia bronquial duran hasta un año, lo que implica que necesitarás múltiples tratamientos en los siguientes años.
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Parte 2

Parte 2 de 3:

Realizar cambios en tu estilo de vida

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   Limita tu exposición a los desencadenantes. El asma con frecuencia se agrava tras la exposición a factores ambientales que activan los síntomas. Limita o evita los desencadenantes para disminuir los síntomas o evitar los ataques.

   • Evita exponerte a los climas muy calientes o fríos. Cúbrete el rostro cuando haga frío o viento al exterior.
   • Mantente al día en tus vacunas, sobre todo con la vacuna anual contra la gripe, para disminuir las infecciones que pueden provocar un ataque de asma.
   • Evita fumar y la exposición indirecta al humo del tabaco si eres asmático, puesto que el humo del tabaco es uno de los principales desencadenantes de los síntomas de asma.
   • Utiliza aire acondicionado para disminuir el polen que circula en el interior.
   • Reduce el polvo en tu casa pasando la aspiradora y retirando las alfombras todos los días.
   • Cubre los colchones, las almohadas y los somieres con cubiertas a prueba de polvo.
   • Si tienes alergia a las mascotas, mantenlas fuera de la casa o al menos fuera de tu habitación.
   • Limpia tu casa con regularidad para deshacerte del polvo, la caspa de las mascotas, el polen y las esporas de moho.
   • Evita la exposición al polen o la contaminación atmosférica limitando el tiempo que pasas al exterior.
   • Reduce el estrés psicológico.
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   Mantén tu salud general. Mantente sano con una dieta adecuada, ejercicios y visitas regulares al doctor para aliviar los síntomas de asma. Las afecciones como las enfermedades cardiacas y la obesidad agravan o provocan el asma.

   • Ejercítate de forma regular para fortalecer el corazón y los pulmones. Así también controlarás tu peso.
   • Lleva una dieta equilibrada, saludable y regular. Consumir las cantidades diarias recomendadas de frutas y verduras puede mejora la función pulmonar y disminuir los síntomas de asma.
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   Controla la acidez estomacal y la ERGE. Existen algunas pruebas de que la acidez estomacal y la enfermedad por reflujo gastroesofágico (ERGE) pueden causar daños en las vías respiratorias y agravar el asma. Consulta con tu doctor para tratar dichas enfermedades y así aliviar cualquier síntoma de asma que experimentes.
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   Practica la respiración profunda. Existen ciertas pruebas de que la combinación de ejercicios de respiración profunda con los medicamentos ayuda a controlar los síntomas y a disminuir la cantidad de medicamentos que necesitas. La respiración profunda también te relaja, lo que alivia el estrés psicológico que agrava el asma.

   • La respiración profunda distribuye el oxígeno en el cuerpo. Esto reduce la frecuencia cardiaca, normaliza el pulso y te relaja, lo que ayuda a controlar el estrés.
   • Inhala y exhala por completo por la nariz. Debes respirar por cierta cantidad de segundos. Por ejemplo, puedes inhalar contando hasta 4 y luego exhalar por la misma cantidad de tiempo.
   • Para optimizar la respiración profunda, siéntate derecho con los hombros hacia atrás. Respira de forma lenta y uniforme, contrayendo el vientre para expandir los pulmones y la caja torácica.
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   Explora los remedios herbales. Ciertos estudios demuestran que los remedios naturales y herbales ayudan a controlar el asma. Consulta con tu doctor antes de utilizarlos.

   • Busca productos con semillas negras, cafeína, colina y picnogenol, debido a que pueden aliviar los síntomas de asma.
   • Mezcla 3 partes de tintura de lobelia con 1 parte de tintura de pimiento. Vierte 20 gotas de la mezcla en agua y tómala para calmar un ataque de asma severo.
   • Come jengibre y cúrcuma para reducir la inflamación.
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Parte 3

Parte 3 de 3:

Averiguar si tienes asma

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   Conoce tus factores de riesgo. Los doctores desconocen la causa del asma, pero saben que determinados factores aumentan el riesgo de desarrollarlo. Saber si corres riesgo de sufrir de asma te ayudará a identificar los síntomas y recibir tratamiento. Entre los factores de riesgo se encuentran los siguientes:

   • tener un pariente consanguíneo asmático
   • tener afecciones alérgicas como la dermatitis atópica o la rinitis alérgica
   • ser obeso
   • ser fumador o exponer a otra persona o a ti mismo al humo de segunda mano
   • trabajar con gases de escape o exponerte a ellos u otros contaminantes
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   Reconoce los signos y síntomas. El asma presenta diversos signos y síntomas que van desde leves a graves. Identificar los posibles síntomas te permitirá recibir el tratamiento adecuado. Estos son algunos síntomas de asma:

   • falta de aire
   • dolor un opresión en el pecho
   • problemas para dormir
   • tos, sobre todo con los ejercicios, los ataques agudos o en la noche
   • sibilancias o sonido silbante al respirar
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   Sométete a exámenes. Si sospechas que podrías presentar asma, acude al doctor. Si él cree que eres asmático, solicitará que te hagas exámenes después de examinarte. Los siguientes exámenes pueden ser la única manera de confirmar la presencia del asma:

   • Espirometría. Examina el grado de estrechamiento de los bronquios y la cantidad de aire que puedes exhalar después de haber respirado profundo.
   • Monitoreo del flujo espiratorio máximo. Determina tu capacidad de exhalar.
   • Prueba de provocación bronquial con metacolina. Utiliza un desencadenante de asma para observar si manifiestas la enfermedad.
   • Prueba del óxido nítrico exhalado. Mide la cantidad de óxido nítrico en la respiración, lo que confirma el asma.
   • Escáneres como las radiografías, la tomografía computarizada o la resonancia magnética. Permiten observar los tejidos de los pulmones y las fosas nasales que pueden agravar el asma.
   • Pruebas cutáneas de alergia.
   • Recuento de eosinófilos en el esputo. Busca la presencia de ciertos tipos de glóbulos blancos llamados eosinofilos.
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   Recibe el diagnóstico definitivo. El doctor confirmará o no el diagnóstico del asma en función de los resultados de los exámenes. Consulta con él para determinar el mejor tratamiento para tu caso en particular.
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Advertencias

• Consulta con el doctor antes de realizar cualquier cambio en tu dieta o rutina de ejercicios o antes de tomar suplementos o remedios a base de hierbas.
• Comunícate con el doctor si no logras controlar el asma con tus medicamentos actuales. Llama al número de emergencia de tu país o acude a la sala de emergencias si tienes un ataque de asma severo, sobre todo si tienes dificultad para respirar o tus labios o uñas se ponen azules.

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