Sébastien Ogier fue el defensor del título de pilotos que regresó en esta temporada a Citroën equipo con el que había corrido por última vez en el año 2011. Toyota fue la defensora en el campeonato de constructores.
El calendario contaba inicialmente con catorce citas que finalmente se quedaron en trece tras la cancelación del Rally de Australia. El Rally de Chile entró por primera vez en el calendario, dejando fuera al Rally de Japón, prueba que intentó regresar al certamen sin éxito.[2]
Los pilotos con prioridad 1 podían escoger un dorsal excepto el número 1 que era para el campeón, fijo a lo largo de la temporada, sistema similar empleado en la Fórmula 1.
Se redujeron los días de test permitidos de 55 a 42.
Se redujo el número de kilómetros de tramos cronometrados en cada prueba de 500 a 350.
El campeonato WRC 3 se eliminó y se creó el WRC 2 Pro destinado a equipos constructores que participasen con modelos de la categoría R5.[3]
Campeonato Mundial de Rally de la FIA de pilotoseditar
Se otorgaron puntos a los diez primeros clasificados. También hubo cinco puntos de bonificación al ganador de la Power Stage, cuatro puntos para el segundo lugar, tres para el tercero, dos para el cuarto y uno para el quinto.