Cómo disuadir a las personas para que no te molesten

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Evitar la atención indeseada

Imponerte en el momento

Confrontar a una persona

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Referencias

Muchas personas disfrutan al provocar o jugar con los demás. Ser víctima de estos comportamientos puede ser estresante, en especial si rozan la intimidación o el acoso. Puedes tomar muchas medidas preventivas, como viajar en grupo, para desalentar esos comportamientos. Si sientes que las personas te presionan para que salgas de tu zona de confort, es apropiado que te hagas valer para desalentar este comportamiento. Adopta medidas para defenderte en el momento. Si sientes que tienes que explicarte un poco más, ten una conversación profunda con la persona que te molesta.

Pasos

Parte 1

Parte 1 de 4:

Evitar la atención indeseada

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   Viaja en grupo. Si no quieres que alguien te moleste, trata de viajar en grupo. Es poco probable que alguien te moleste si observa que estás rodeado de amigos.

   • En general, es mejor estar con grupos numerosos. Busca un grupo de cinco o más personas, en vez de salir en pares de dos o tres.
   • En la escuela, el trabajo o los eventos sociales, asegúrate de estar rodeado de personas. Ten un grupo de amigos con quienes puedas caminar entre las clases y con quienes almorzar. Cuando vayas a un bar, lleva a un grupo de amigos contigo.
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   Cree en tus derechos. Muchas personas no quieren hacerse valer cuando alguien las molesta. Quizás sientas que eres demasiado sensible y que deberías seguir la corriente. Sin embargo, si alguien hiere tus sentimientos, por más que no haya sido su intención, tienes derecho a molestarte y decir algo. Esfuérzate por creer en ti y en tus derechos.

   • Quizás te veas bombardeado por pensamientos negativos acerca de ti, lo que puede hacer que te resulte difícil pedirles a las personas que se detengan. Reemplaza esos pensamientos negativos por afirmaciones positivas. Por ejemplo, quizás pienses "Soy tan aguafiestas por meterme tanto en mi cabeza por las bromas de mi compañero de trabajo". Reemplaza ese pensamiento por algo más positivo y de reafirmación. En cambio, piensa algo así como "Merezco ser respetado en mi lugar de trabajo".
   • También puedes ponerte en el lugar del otro. Imagina si un amigo estuviera en tu situación. ¿Le dirías que se equivoca al sentirse mal? Probablemente no lo harías. De hecho, es más probable que lo animes a que se defienda. Procura darte el mismo respeto.
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   Sé distante. Si quieres evitar que las personas se acerquen a ti, simplemente muéstrate distante. Si das la impresión de ser alguien que no quiere que lo molesten, es mucho más probable que los demás se mantengan alejados.

   • Aprovecha el lenguaje corporal para beneficiarte. No sonrías y mantén los brazos cruzados sobre el pecho. Mantén la cabeza inclinada hacia abajo. Muchas personas interpretarán estas señales como un mensaje claro de que quieres estar solo.
   • Evita las charlas triviales. Si sospechas que alguien quiere molestarte, mantén las conversaciones breves. No participes en charlas triviales y ofrece respuestas monosilábicas para desalentar a los demás de interactuar contigo.
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   Considera la posibilidad de tomar clases de defensa personal. Si alguien te molesta al punto tal de temer por tu propia seguridad, considera la posibilidad de tomar clases de defensa personal. De esta forma, sabrás cómo protegerte mejor en una situación peligrosa. Si las personas saben que tienes formación de defensa personal, es poco probable que quieran molestarte.

   • Inscríbete en una clase de defensa personal, como karate, en un centro comunitario. Practica fuera de la clase para progresar rápido.
   • Si aún eres estudiante, pregunta si la escuela o universidad ofrece seminarios de defensa personal gratuitos o a bajo costo.
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Parte 2

Parte 2 de 4:

Imponerte en el momento

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   Practica primero, en caso de ser posible. En caso de ser posible, practica imponerte con anticipación. Si eres una persona tímida por naturaleza, defenderte puede ser estresante. Si practicas con anticipación, podrás progresar para defenderte en la situación.

   • Pídele a un amigo que participe en un juego de roles contigo. Si un compañero de trabajo siempre hace bromas a tu costa, pídele a tu amigo que asuma su rol. Haz que haga algunas bromas que hace tu compañero y practica defenderte.
   • Haz que tu amigo desarrolle distintas respuestas. Por más que te expreses con tacto, las personas podrían molestarse si llamas su atención por su comportamiento. Haz que tu amigo se ponga a la defensiva, se enoje o se imponga. Practica respuestas a distintas reacciones, manteniendo la calma y afirmando tus necesidades.
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   Sé firme en tu convicción. Cuando llegue el momento de imponerte, sé firme. No es necesario que te sientas avergonzado o tonto por no tomarte bien la provocación. Sé firme en tu respuesta para que la persona sepa que lo que dice no está bien.

   • Dile con firmeza que no valoras la forma en que te habla. No es necesario que hables muy fuerte ni seas confrontativo, pero asegúrate de que el mensaje sea claro y directo.
   • Siguiendo con el ejemplo del compañero de trabajo, puedes decir algo así como "Realmente no valoro que me provoques. Sé que no quieres ofenderme, pero, honestamente, me genera incomodidad. ¿Podrías contenerte en el futuro? Lo valoraría mucho".
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   Comienza de a poco. Imponerte puede ser estresante, así que esfuérzate por comenzar de a poco. Por ejemplo, no confrontes a alguien que sea muy escandaloso o difícil. Quizás sea mejor que le pidas a alguien razonable y con buenas intenciones que deje de provocarte y molestarte. A medida que te sientas más cómodo al imponerte y reafirmar tus necesidades, podrás confrontar a personas más difíciles.
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   Toma más medidas si el agresor no se muestra receptivo. En muchos casos, la persona que te molesta dejará de hacerlo. Quizás no haya notado tu incomodidad. Sin embargo, en otros casos, no estará dispuesta a detenerse. Molestar a alguien puede rozar el acoso y hostigamiento. En estos casos, tendrás que tomar más medidas para asegurarte de que respete tus derechos.

   • Si alguien se enoja, frustra, grita o se muestra conflictiva, conserva la calma. Es importante que seas más maduro en esta situación. Por más que te grite o acose, no te enojes. Simplemente conserva la calma y aléjate lento de la situación. Puedes usar una excusa para apartarte, como "Esto no nos llevará a ninguna parte, y llego tarde a una reunión".
   • Documenta lo ocurrido de inmediato. Escribe todo lo que se haya dicho, dónde y los hechos que hayan llevado a la discusión. Si ha habido testigos, pídeles que escriban su versión de los hechos.
   • Denuncia este tipo de acoso u hostigamiento ante un superior. Por ejemplo, en el trabajo, puedes hablar con tu jefe o alguien del Departamento de Recursos Humanos. En la escuela, puedes hablar con un profesor, el director o un maestro.
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   No tengas miedo de las repercusiones. En ocasiones, las personas terminan convirtiéndose en sujetos de provocaciones al temer imponerse. Si sueles complacer a los demás por naturaleza, quizás evites defenderte por miedo a molestar a quienes te rodean. Procura soltar este miedo. Tienes derecho a sentirte seguro y feliz.

   • La mayoría de las personas, incluso las que disfrutan provocar a las demás, realmente no quieren ofender a nadie y no son conscientes de que algunas personas no se sienten cómodas con las provocaciones leves. Si tienes una relación relativamente sólida con alguien, es poco probable que se enoje si le pides que cambie cierto comportamiento.
   • En el caso de que alguien se enoje, probablemente no valga la pena que te preocupes por él. Si alguien sabe que te sientes incómodo y no le importa, no merece tu tiempo. Rodéate de personas que respeten tus sentimientos y realmente se lamenten si te ofenden.
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Parte 3

Parte 3 de 4:

Confrontar a una persona

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   Determina qué debe cambiar. Si sientes que es necesario tener una conversación más seria con la persona, evalúa de qué quieres hablar con anticipación. Reserva algo de tiempo para evaluar qué quieres que cambie de su comportamiento. Ten algunas ideas específicas de cambio en mente antes de confrontarla.

   • ¿Qué quieres que cambie en la dinámica con esta persona? ¿Cómo es que te molesta específicamente? ¿Se trata de un compañero de trabajo que hace bromas a tu costa con mucha frecuencia? ¿Se trata de un familiar que siempre te hace bromas y sientes que eso te cansa? ¿Cómo es que quieres que esta persona cambie su comportamiento específicamente? Quizás haya un tema que te genere incomodidad y desees que tu compañero lo evite. Tal vez desees que tu familiar deje de hacerte bromas telefónicas tarde por la noche.
   • Esfuérzate por aceptar el hecho de imponerte. En ocasiones, está bien tener conversaciones difíciles con los demás. Por más que seas una persona tímida o no conflictiva por naturaleza, recuerda que los comportamientos molestos probablemente no cambien si no los fuerzas. Está bien pedirle a alguien que cambie su comportamiento de forma respetuosa.
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   Establece límites claros. Todas las personas tienen límites emocionales. Muchas personas molestan a los demás como una forma de afecto o diversión desenfadada. Sin embargo, independientemente de su intención, este comportamiento no suele ser apropiado, en especial si cruza tus límites personales. Es importante que le hagas saber cuáles son tus límites. Establécelos con términos claros.

   • Explícale cuáles son tus límites personales en términos de las bromas o provocaciones. Sé tan específico como puedas. Por ejemplo, siguiendo con el ejemplo del compañero de trabajo, puedes decir algo así como "No me molestan las provocaciones desenfadadas. Sin embargo, es verdad que soy disléxico. Está prácticamente bajo control ahora, pero fue muy duro al principio en la escuela. Puedes burlarte de cualquier otra cosa que quieras, pero ¿podrías no llevar la atención a mis errores ocasionales de deletreo?".
   • Es muy importante que le expreses tus límites a la persona. Si no le informas con qué te sientes cómodo e incómodo, seguirá violando tus límites. Esto puede llevar a enojos reprimidos, que pueden manifestarse de formas negativas en el futuro. Es mejor ser directo con respecto a tus límites tan pronto como puedas.
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   Usa afirmaciones en primera persona. Cuando tengas una confrontación difícil, las afirmaciones en primera persona pueden ser útiles. Las mismas son afirmaciones formuladas de forma tal que hacen énfasis en tus sentimientos personales por encima del hecho objetivo. Pueden ser muy útiles al pedirle a alguien que deje de molestarte. Las personas suelen tener zonas de confort muy distintas con respecto a las provocaciones. Deja en claro que hablas de tu zona de confort, y no de un juicio objetivo. Esto puede ayudar a que la conversación fluya sin problemas.

   • Las afirmaciones en primera persona tienen tres partes. Comienzan con "Yo siento..." y siguen al establecer qué sientes. A partir de allí, explica el comportamiento que ha llevado a ese sentimiento. Por último, explica por qué te sientes de esa forma.
   • Expresarte sin las afirmaciones en primera persona puede hacer que suenes crítico, en especial al lidiar con un tema que es algo subjetivo. El oyente podría sentir que introduces un juicio externo en la situación, en especial si no ha querido herirte. Por ejemplo, imagina que tu padre te provoca mucho por tu profesión. Quizás te sientas inclinado a decir algo así como "Es irrespetuoso de tu parte que hagas bromas porque soy abogado. Me enorgullece mucho mi profesión y mis elecciones".
   • Tu padre podría responder desfavorablemente a esta afirmación. La mayoría de las personas que critican las elecciones profesionales de los demás no pretenden ser tomadas en serio. Tu padre quizás sea más receptivo si reformulas lo anterior en una afirmación en primera persona. Por ejemplo, puedes decir algo así como "No me siento respetado cuando haces bromas porque soy abogado, porque me importa lo que hago y me enorgullezco de mi trabajo".
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   Expresa tus necesidades y sentimientos. Las necesidades y los sentimientos son tan importantes como los límites a la hora de desalentar a las personas para que no te molesten. Asegúrate de que el otro comprenda por qué te sientes de esa forma. Hazle saber cómo necesitas que te trate en el futuro.

   • Con suerte, quien sea que te moleste, posiblemente no quiera herir tus sentimientos. Explica que ha herido tus sentimientos y por qué. Esto podría ayudar con el problema. También puedes ofrecer una explicación. Por ejemplo, puedes decir algo así como "Siento que, como abogado, soy el blanco de todas las bromas. No me molesta de vez en cuando, pero, después de un tiempo, es cansador y comienza a irritarme".
   • Dile qué necesitas en el futuro. Establece cimientos específicos para el cambio. Siguiendo con el ejemplo del abogado, puedes decir algo así como "Sé que me harán bromas de vez en cuando, en especial en los eventos familiares importantes, porque así es nuestra familia. Sin embargo, ¿podrías evitarlas cuando nos reunamos a solas? El trabajo es estresante, y muchas veces quiero despejar mi mente por completo en mi tiempo libre.
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Parte 4

Parte 4 de 4:

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   Sigue abordando los problemas de conducta. Incluso después de una confrontación, la persona podría necesitar un tiempo para cambiar. Algunas personas quizás no estén dispuestas a cambiar en absoluto. A medida que el tiempo pase, sigue abordando los problemas de conducta cuando surjan. Ofrece recordatorios cuando la persona cruce el límite.

   • Retomando el ejemplo, imagina que estás con tu madre y vuelve a hacer una broma sobre tu profesión. Puedes decir algo así como "Papá, hemos hablado de esto. ¿Puedes dejar de hacerlo, por favor?". Quizás se haya olvidado y, con suerte, se disculpe y comporte mejor en el futuro.
   • Desafortunadamente, en algunos casos, las personas no se detendrán sin importar lo que hagas. Quizás sientas que te hostigan o acosan en el trabajo o la escuela. Si el problema de conducta ocurre después de una confrontación, pide una cita para hablar con un profesor, un maestro o tu jefe. Explica que no te sientes cómodo en el lugar debido al comportamiento de un compañero de clase o trabajo, y que quieres que se solucione.
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   Decide cuándo vale la pena imponerte. En ocasiones, quizás no valga la pena hacerlo. En algunas situaciones, quizás sea mejor dejar que las provocaciones ligeras pasen. Si es poco probable que vuelvas a ver a la persona en cuestión, quizás no valga la pena tener una confrontación seria. Por ejemplo, si tu tío que te visita una vez cada dos años te hace bromas molestas como retroceder una hora en tus relojes, quizás sea mejor sonreír y tolerar por el momento.
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   No te sientas culpable. No te sientas culpable por pedirle a alguien que no te moleste. Es totalmente apropiado que te impongas si alguien te genera incomodidad. Si te sientes culpable, permite que el sentimiento pase. No te aferres a los sentimientos de culpa ni los examines muy de cerca. Recuerda tus derechos y sigue adelante después de pedirle a alguien que se detenga.
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