Cómo tomar un baño con un piercing nuevo

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En este artículo:

Ducharse

Bañarse (si es necesario)

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Referencias

Si te has hecho un piercing nuevo, conoces la importancia de mantenerlo limpio y saludable. Si es posible, es mejor evitar tomar un baño con un piercing nuevo. Ducharte es más seguro y más fácil. Sin embargo, si tu única opción es tomar un baño, algunas precauciones pueden ayudarte a evitar infecciones.

Pasos

Método 1

Método 1 de 2:

Ducharse

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   Date una ducha si puedes. Es más fácil, más seguro y en general, una mejor idea.

   • Lo ideal es que no tomes un baño hasta que el piercing haya atravesado las etapas iniciales de curación y que haya cesado la supuración, el sangrado y la formación de costras.
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   Dúchate como de costumbre. Solo ten cuidado de no golpear o dañar la zona del piercing. No la frotes ni tires de ella.
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   Al terminar, seca muy ligeramente la zona con una toalla limpia y suave.
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   Enjuaga la herida con agua salada de mar (basta con una pizca en una huevera de agua hervida y enfriada) o aceite de árbol de té. Lo ideal es utilizar ambos. El objetivo de esto es enjuagar cualquier bacteria o jabón que pueda haberse escabullido allí.
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   Limpia bien el piercing antes de dormir esa noche utilizando el procedimiento normal.
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Método 2

Método 2 de 2:

Bañarse (si es necesario)

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   Hazlo en tu propio baño limpio. Primero limpia bien el baño. Desinféctalo y dale una buena enjuagada. Repite este paso cada vez que tomes un baño con un piercing nuevo.
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   Sé razonable con la temperatura del agua. El agua muy caliente hará que el piercing se hinche y duela.
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   Cubre el piercing con un vendaje impermeable si es posible. De lo contrario, haz todo lo que puedas para mantener el piercing fuera del agua. Debes lograr un contacto mínimo entre el piercing y el agua.
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   Báñate lo más rápido posible.

   • No permitas que ningún jabón, champú, acondicionador o cualquier otro químico entre en contacto con el piercing.
   • No toques, tires, cepilles, laves, ni frotes alrededor o cerca del piercing mientras estás en el agua.
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   Una vez que salgas, seca muy ligeramente la zona con una toalla limpia y suave. Luego, enjuaga de inmediato la herida con agua salada de mar (basta con una pizca en una huevera de agua hervida y enfriada) o aceite de árbol de té. Lo ideal es utilizar ambos. El objetivo de esto es enjuagar cualquier bacteria o jabón que pueda haberse escabullido allí y es muy importante que lo hagan apenas salgas del agua.
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   Limpia bien el piercing antes de dormir esa noche utilizando el procedimiento normal.
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Consejos

• Prueba el gel de aloe vera puro para los piercings nuevos. Es suave para la piel sensible y un excelente cicatrizante, además de ser un agente antifúngico y antibacteriano.

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Advertencias

• Las bañeras albergan bacterias y el agua tibia es un ambiente ideal para su crecimiento. Sé limpio.
• Recuerda que un piercing es algo que debes disfrutar por muchos años. Puedes darte el lujo de saltarte un baño o una sesión de natación para protegerlo. Las infecciones pueden provocar algunos piercings deformados, otros que apuntan en direcciones distintas, cicatrices, rechazo completo del piercing, daño permanente y envenenamiento de la sangre si no se trata el piercing con rapidez.
• Recuerda que un piercing nuevo es una herida abierta y profunda y por ende, debe tratarse con todo el cuidado de una herida profunda normal.
• No tomes una decisión de la que te arrepientas solo porque deseas darte un baño o nadar. Espera y sé prudente.
• El jabón y las bacterias pueden dañar el piercing nuevo, recuerda lo importante que es enjuagarlo después de bañarte o ducharte.
• Nunca vayas a nadir después de hacerte un piercing nuevo. Eso puede esperar. Nadar dura un par de horas, pero las infecciones duran semanas de dolor. Una cicatriz de piercing deformada dura toda la vida.

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